miércoles, 26 de mayo de 2010

Las personas y sus votos (1ª parte)

Mi admirado maestro el Cuervo Blanco me reta a responder a un artículo publicado en El País de Jorge Urdánoz, respuesta a su vez a otro de José Ignacio Wert, que a su vez es respuesta a otro de nuestra querida Rosita la Pastelera, en el que, fiel a su estilo, acusa a PP y PSOE de conspirar para poner la ley electoral en contra de su partido, que, como todo el mundo sabe, es el representante de la verdadera España. Ambos, Urdánoz y Wert, que supongo son politólogos, han procedido a fostiarse con alegrida y sarcasmo en la mejor tradición nacional. Y, como no, traerá cola.

El reto de mi maestro me viene por mi doble faceta de politólogo y sociata. Cree él, y con razón, que hay una contradicción entre mi socialismo (casi) militante y mis opiniones sobre el sistema electoral actual. Además, sabe que soy un niño enfermo que hace intricadas simulaciones electorales por hobby - y cuándo no tengo datos sobre los cuáles jugar, me los invento.

Empecemos por el principio: quién propone una reforma electoral generalmente lo propone porque el sistema le perjudica; igualmente, la reforma propuesta suele ser "más justa", lo que significa que beneficia a su propio partido.

¿Le beneficia? Mucha gente comete la falacia de creer que la gente siempre vota lo mismo sea el sistema electoral que sea, cuándo es el sistema electoral determina el sistema de partidos, y no al revés. Por eso hacer cálculos de escaños en un sistema a una sola circunscripción y proporcional puro con los resultados de 2008 es francamente falaz. Si tuviésemos un sistema electoral a la holandesa no me extrañaría en absoluto que tanto el PP como el PSOE habrían implosionado ya en una buena media docena de partidos cada uno (y, si me apuran, IU también), Miquel Roca no habría arruinado su carrera para siempre, y quizás tanto Jesús Gil como Ruiz-Mateos hubieran llegado al Congreso (y Dios sabe qué habría pasado).

Con los resultados reales, la única simulación bajo ese sistema que veo relativamente realista sería la de las primeras elecciones generales pos-Franco, en 1977. Al fin y al cabo, en aquél momento nadie sabía muy bien como iba lo de votar, nadie sabía qué fuerza tenía cada partido (las encuestas estaban en mantillas y, además, nadie sabía como iba a funcionar el sistema D'Hondt ese) así que, probablemente, fuese la elección menos estratégica y más ideologizada de las que hemos vivido en los últimos 35 años.

Aplicando un sistema proporcional puro, hubiera quedado de la siguiente manera:

¿Mucho más justo, verdad? Ahora piensen en la España de 1977. Hizo falta un juego de manos espantoso para sacar el engendro que llamamos hoy en día democracia española sin que los militares diesen una patada en la mesa (que no sea porque no lo intentaron). Imagínense como hubiera sido con un Congreso con dieciséis partidos políticos. De ese parlamento, la Constitución, si hubiese salido, hubiese salido o más de derechas, o más de izquierdas, o más federalista que la actual. Tres motivos estupendos para que todo se hubiese ido al traste. Ya sé, ya sé, ya no estamos en 1977, por lo que no tenemos por qué mantener el sistema político de 1977. Generalmente soy el primero en decirlo.

Bien, vamos con los fallos del sistema actual. Es un sistema destinado a beneficiar a las zonas rurales (especialmente en las dos Castillas) en detrimento de las zonas urbanas (especialmente Madrid). Igualmente fomenta el bipartidismo: el sistema D'Hondt beneficia a los partidos mayores. Además, el sistema de listas cerradas hace que cualquier partido grande pueda poner a un chimpancé pintado de verde como el 14 por Madrid - y será elegido de todas maneras.

Éste artículo tiene más partes. Permanezcan a la espera. Seguiremos informando.


1 comentario:

Jesus dijo...

Yo diría que no tiene tanto que ver la Ley D'Hont como la circunscripción territorial por provincias que tenemos, que hacer que muchos de los votos a partidos no mayoritarios vayan directamente a la basura (es decir, que no tienen la más mínimo posibilidad de sacar un escaño)