miércoles, 20 de agosto de 2008

Raphael, Bisbal y J.Lo.

Cuándo un ah·tih·ta (concepto que engloba a cualquier persona formada/encajada en la maquinaria discográfica/radiofórmula /megapromotora/SGAE gracias a su perfecta adaptación a un estilo musical reconocido por aquellos de gusto mediocre) alcanza el éxito, pronto tiene dos opciones: primera, intentar progresar musicalmente para seguir sorprendiendo a su público y acumular aún más prestigio y éxito, o segunda, vivir de las rentas durante el resto de su vida, haciendo siempre el mismo disco en una escala descendente de mediocridad. Dado que la primera opción es tremendamente complicada y estamos hablando de gente que no ama el riesgo, la segunda es, casi siempre, la opción elegida. Pero en una sociedad de masas como la nuestra, la tremenda dificultad de ir allende los quince minutos de fama, en principio y para nuestro beneficio, tendría que hundir a todo ah·tih·ta en la miseria a la media hora de haber lanzado el último single del primer disco.

Por desgracia, no es así, y aun tenemos al insufrible de Raphael haciendo todos los años el mismo programa de Nochebuena. Y ésto ocurre porque el mecanismo infernal de la música popular española tiene una tabla de salvación, un refrigerador que permite conservar basura durante años y años: el mercado latinoamericano.

Sí, amigos; cualquier bazofia que salga de moda en España siempre tiene algún productor avispado en Lima, San Juan o Acapulco que la puede mantener en la cresta de la ola (quicir) durante años y años, hasta que, para nuestra tragedia, se vuelva a poner de moda en España. Hispanoamérica es la Las Vegas del mercado musical hispano, y al igual que los yanquis podían "disfrutar" (ejem) de Elvis, Sammy Davis, Jr. o Liberace hasta la muerte, en cualquier capital sudamericana se pueden ver recitales de gente que esperábamos ver desaparecida de nuestras vidas.

¿Y a qué viene todo ésto? Pues porque Fedeguico Jiménez Losantos, cariñosamente conocido por éste su corresponsal como J.Lo. , harto de llevarse colleja tras colleja en éstas santas tierras, ha decidido hacer las Américas, llevando su talento para la sátira y el humor (lo dice él, yo no) a un lugar donde sin duda será bien recibido: el tenebroso freak show de la extrema derecha hispanoamericana.

Para nosotros, J.Lo ha empezado en quinta, pidiendo el asesinato de Daniel Ortega, Chávez y Fidel (pero si ya se muere solo, el hombre), que Zapatero y Evo Morales pillen enfermedades purulentas, considerar corrupto al Rey por tomar la actitud correcta ante una metedura de pata...

Pero en Hispanoamérica, donde el asesinato de Fidel se lleva pidiendo desde hace ya 55 años, ésto es empezar. Recordemos que cuándo llegamos a éstos rincones oscuros del espectro político los escrúpulos ante la violencia y la represión se dejan en la puerta, máxime en una región donde la democracia es relativamente novedosa.

Es el agua pantanosa perfecta para el pundit turolense; no será la última parida que suelte.

Seguiremos informando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Viva la Democracia Europea, con ese órgano taaaan democrático como es la UE. Con una directiva europea de retorno de inmigrantes que justifica el internamiento de personas durante 3 meses por cometer lo que en nuestro país es tener una falta administrativa (no olvidemos que ir indocumentado, es decir, "sin papeles", es en España una falta administrativa, seas negro, blanco, verde, vayas en una patera o en un BMW).

Para ti Latinoamérica es "una región donde la democracia es relativamente novedosa", vinculándolo a los productos musicales basura. Sabes que en ¿¿España es el país donde más realitys hay??. Supongo que sabrás como se vive en UK el Big Brother...

En fin, menos etnocentrismo y más respeto!