jueves, 17 de julio de 2008

Las trayectorias parabólicas

Cuándo se sabe que se vive en una burbuja especulativa, hay que mantener alejado el parné de ella lo más posible (ya se sabe: cuándo el taxista habla de acciones hay que salir del taxi y de la Bolsa). Pero si uno es tan estúpido como para dejarse tentar por la burbuja, lo primero que hay que fijarse es en quién mete más ruido y hace más anuncios: esa empresa es la que peor va.

Es por eso que me ha sorprendido que la primera en hundirse por la crisis inmobiliaria no fuese Marina D'Or (pero no pierden por esperar, salvo que hayan comprado un piso allí), sino Fadesa, aunque ésta empresa también daba mala espina por ciertos proyectos suyos (no puedes convertir Tánger en la nueva Riviera sin garantías de que amables señores barbudos no vengan a insultar a las malas mujeres impúdicas, cosa que Mohamed el Bienamado no puede garantizar)

En todo caso, nadie está a salvo: Fadesa no es sino la primera de las muchas empresas, fundadas en unas incontroladas ganas de forrarse, que se hundirán por la falta de sustancia de los activos en los que se basan.

Y, por cierto, todo ésto es una prueba más, si se necesitaba, de que la presidencia del Real Madrid ha dejado de ser un cargo deportivo para convertirse en un trampolín de influencias para negocietes posteriores.

Seguiremos informando.


1 comentario:

la reina del hielo dijo...

Palomitas compraré para la caída de Marina D'or, lo de Fadesa lo dijo mi padre hace 4 añitos ya...