viernes, 25 de enero de 2008

Un burka en bici

Hoy es viernes, y el matutino trae noticias fantásticas, como la de ese propietario de un Audi A8 que tras atropellar y matar a un ciclista de 17 años en La Rioja ha demandado a la familia por daños al vehículo; es decir, qué clase de infraser se ha de ser para que el cerebro de uno musite la frase "me abolla el coche y encima se muere el hijo de puta", y que no sólo quede en un vago pensamiento estúpido pronto ahogado por cosas como la vergüenza, sino que tenga los santos huevos de ir a un juzgado y poner esa gilipollez por escrito. Conocida, y hasta tópica, es la invencible estulticia del mediano empresario medio español, pero ésto ya es excesivo.

Pero para éste su corresponsal la noticia del día es que el gobierno de los Países Bajos se prepara para prohibir el uso del burka en colegios y oficinas. Conocido es por todos mis lectores que estuve residiendo en Holanda durante diez meses, así que tengo cierto conocimiento de causa. Y literalmente.

Estaba un día volviendo de la Centraal Station de no sé qué exactamente (mis viajes en tren en los Países Bajos eran normalmente experiencias placenteras que complementaba con una chapata con mozzarella y especias y un botellín de leche Friesche Vlag comprados en la estación), pero ahora que lo pienso puede que fuese con mi madre... cuándo, al girar la esquina de Delftse Poort y Weena, prestando ojos y oídos a ver si por el carril bici se dirigía hacia mí un artefacto de dos ruedas con intenciones homicidas (recordemos que en los Países Bajos los ciclomotores pueden ir en los carriles bici, y lo hacen) cuándo veo en mi dirección una pareja montada en bici.

Es normal en Holanda que vayan dos personas en una bici (y que las ciclistas lleven minifalda, pero esa es otra historia de posibles accidentes) pero en éste caso era realmente especial. Él (porque era él el que llevaba la bici, naturalmente) llevaba una chilaba hasta los tobillos, uno de éstos gorritos blancos cuyo nombre no me voy a molestar en buscar ahora y una barba poblada hasta el extremo.

No es que me hubiera extrañado mucho ver a alguien así: en Rotterdam, el 47% de la población es inmigrante o descendiente directa de inmigrantes. En Madrid, la tasa es del 13,6%. (En el distrito Centro, del 27%, Tetuán, el 19%). Recordemos: un 47% de media. No hace falta decir que en calles como la Nieuwe Binnenweg, bajarse del tranvía es como aterrizar en Paramaribo, Esmirna o Jakarta, todo al mismo tiempo, cuándo tu piso indiscutiblemente holandés estaba a menos de dos kilómetros. A mí me encantaba.

Pero me estoy desviando del tema: el barbudo en bici, por increíble que pueda parecer, no era el viajero más extraordinario del biciclo: a su espalda, agarrada a la chilaba y posiblemente suplicando para que el tejido no se le enganchase en los radios (otra vez), iba una dama en burka, marrón. Naturalmente, como soy un tipo de mundo (quicir) intenté mantener toda la pachorra del universo, pero (y ya me acuerdo), mi santa madre, que iba conmigo, no tardó ni quince segundos en expresar esa indignación gruñona y susurrante que tiene toda la gente que tiene opiniones fuertes sobre las cosas pero que tiene la consideración de expresarlas en voz alta.

Yo estoy plenamente a favor de que la gente vista como quiera, pero alguien tiene que esforzarse mucho para convencerme de que se pone eso de forma voluntaria.

Seguiremos informando.

3 comentarios:

Lunatrix dijo...

Wola!! Si que llama la atencion, si, ver a una mujer en burka... aqui en Vancouver hay unas cuantas (curiosamente en la zona de la universidad, e incluso yendo a clase) y yo al principio me indignaba, luego me extraNaba, mas tarde me preguntaba y al final termino por darme igual. No se, quizas no sea tan importante despues de todo, y aunque no lo entiendo (lo del paNuelo en la cabeza si, lo del burka no) si que parecen hacerlo por voluntad propia. Pero que conste: es de lo mas dificil darle clases a alguien cuando no sabes si te esta mirando o si se esta echando una siesta. ... Aunque ahora que lo pienso, lo pase peor el dia que me vino una con una camiseta transparente y los pezones (casi) al viento. Que cosas tiene el multiculturalismo, oye! :o)

{Hay un articulo de Abu-Lughod que habla bastante del burka y otras cosas, muy interesante. Esta aqui: http://www.blackwell-synergy.com/doi/abs/10.1525/aa.2002.104.3.783?journalCode=aman Si quieres te lo mando (??)]

Anónimo dijo...

Un burka, con un lazo y unos ribetes dorados me parece aceptable. Si es bonito, vale, pero ¿marrón? ¡Qué poca vergüenza! Estoy segura de que eso no lo lleva voluntariamente, y si lo hace... ¡Se lo tiene merecido!

Anónimo dijo...

"¿Si en vida fueras masoquista, no sería una recompensa ir al infierno y un castigo ir al cielo? Piénsalo bien..."
De la "Guía para la vida de Bart Simpson".

Ya en serio, tampoco hace falta irse a esos extremos, ni a otras culturas... Yo cada vez que sale al paso alguna payasa diciendo que está contra el feminismo, le deseo -a ella en concreto, ojo-otros 3.000 años de dominación patriarcal, que se ve que no ha tenido suficiente...